Como si fuera el relato de una pesadilla de la que México no acaba de despertar, la periodista Anabel Hernández no ha dejado de asegurar que fue un evento en el que participaron, además del propio ejército, autoridades locales, estatales y federales a distintos niveles.
A seis años de distancia, los hechos ocurridos en la ciudad de Iguala, Guerrero, el 26 y 27 de septiembre de 2014, siguen sin ser esclarecidos en casi su totalidad. Esto ocurre porque un grueso manto de corrupción e impunidad se ha encargado de impedir que ese histórico crimen pueda finalmente revelarse.
JRF