En este mundo de hoy la gente parece haber retornado a su estado más salvaje, lugares como Los Estados Unidos y Latinoamérica están desatados en violencia y corrupción, en general el planeta entero tiene problemas graves de ira y odio.

Debería suponerse que las fuerzas armadas de cada país y sobretodo los cuerpos de policía tendrían que ser los encargados de controlar estas situaciones, de servir a la comunidad y de ayudar, se supone que, cuando uno ve a un policía, uno debería sentir tranquilidad y seguridad, pero lamentablemente no es así.

Voy a escribir este artículo con una narrativa personal ya que puedo de primera mano contar experiencias en varios países con la policía y la reciente publicación del video del asesinato de Tyre Nichols a manos de cinco policías en Estados Unidos ha colmado mi copa y tenemos que agarrar este toro por los cachos porque lo que estamos viendo en muchas partes es una policía abusiva, ignorante y asesina, que personalmente en El Salvador ya le costó la vida a mi hermano quien murió asesinado por ellos en un "accidente" ocasionado con dolo por una patrulla, el episodio tuvo más de cien testigos según una publicación pero parece que los únicos que no lo vieron fueron los mismos policías.

El problema de que la policía sea corrupta y asesina en el mundo es precisamente que uno no tiene como pelear o defenderse y el ciudadano siempre va a perder, ellos tienen las armas, ellos tienen el poder y generalmente salen impunes de todo, en mi caso perdí la demanda contra El Salvador porque al no ser una persona pública o un político importante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos no toma en serio los casos, mi hermano no obtuvo justicia y lo único que puedo seguir haciendo es denunciando.

La policía en casi todas partes está llena de personas ignorantes con armas, cada día son comunes los casos de asesinatos cometidos por ellos en “nombre de la ley” y tenemos países como Los Estados Unidos que se acercan mucho a un estado policial o como Colombia en donde la misma policía muchas veces son los secuestradores y ladrones, ni hablar de lugares como El Salvador en donde en este momento son Dios y juez, pero desde hace años han pasado por encima de los derechos de toda la población.

¿Qué de bueno tiene un policía? Me parece que si uno se incorpora a esta fuerza debería ser una persona integra, ética, altamente educada y entrenada pero no es así, cualquiera entra, cualquiera pasa los exámenes y cualquier toma un arma.

No podemos generalizar, conozco policías buenos y comprometidos con su trabajo y servicio, pero el porcentaje es muy poco, la luz de la evidencia nos demuestra que la policía ha sido corrupta y abusiva en casi todos los países de la tierra.

Miremos los casos, basta con una pequeña búsqueda en Internet para encontrar millones de ellos ¿Es esto normal? Pareciera que sí, que es normal, parece que la gente se acostumbró a esto y ya se volvió parte de nuestra cultural: el policía es corrupto y abusivo, parece que es la consigna.

Este es un llamado a poner atención a este fenómeno, NO ES NORMAL que la policía mate, no es normal que la policía robe, no es normal que la policía infunda temor a las personas que cuidan pero sobretodo no es normal que mientras el crimen se toma las ciudades las victimas de la policía sean en su mayoría ciudadanos indefensos, desarmados que caen de maneras absurdas.

Esto puede desencadenar en anarquía o como lo vimos en New York, Los Angeles y otras ciudades, la gente se harta, pierde el miedo y el respeto y comienzan a enfrentarse a ellos. Ya hubo un personaje en Colombia que el mundo conoce bien gracias a la narco miseria de la nueva televisión, Pablo Escobar que casi acaba con todos.

Pero parece que esto nunca va a parar, parece que nadie se acuerda, nadie ve, nadie oye y nadie es capaz de poner fin a este fenómeno.

Lástima por los buenos policías, lo que sirven, los que cuidan, los que hacen su trabajo.

Como parte de las victimas de los policías asesinos, le envío un saludo y mi solidaridad a las familias de todos los caídos injustamente e inocentemente en manos de “la ley”.

 

Felipe Szarruk

Felipe Szarruk