By/Por Juan Ibarra
Fred Hampton tenía 21 años cuando fue asesinado por el FBI en 1969. Era el presidente del partido de las Panteras Negras en Chicago, organización que luchaba por la libertad, el poder de decidir su destino y el fin de los asesinatos y la brutalidad policial dirigida hacia la comunidad negra.
Medio siglo después de su muerte, las ideas de Hampton aún resuenan. ‘’Seguimos luchando contra la misma bestia, los mismos monstruos, los mismos sistemas’’, aseguró recientemente Shaka King, cineasta que dirigió Judas and the Black Messiah (Judas y el mesías negro), cinta basada en la vida del líder político.
La película, de Shaka King, aborda la historia de dos personajes. Uno es Fred Hampton, interpretado por Daniel Kaluuya, y el otro es William O’Neal, informante del FBI a quien el actor LaKeith Stanfield da vida.
El filme retrata dos luchas: por un lado, las causas de Hampton, y por el otro, la culpa de O’Neal quien padece la presión de la policía y es amenazado por ésta.
En 1968, Fred Hampton se convirtió en el presidente del partido Panteras Negras en Illinois. Su lucha exigía la libertad, poder determinar el destino de la comunidad, el fin de la brutalidad policial y detener la masacre de afroestadunidenses. Inspiraba a toda una generación a sublevarse contra la opresión, acto que lo puso directamente en la mira del gobierno de su país, el FBI y la policía de Chicago.
Contrainteligencia
Ellos debían terminar con esa revolución desde el interior, colocando un operativo de contrainteligencia en las Panteras locales. Mientras William O’Neal estaba preso, el FBI le ofreció un trato: si trabajaba como su infiltrado en el partido Panteras Negras y les proporcionaba información sobre Fred Hampton, él quedaría libre. Él aceptó el trato.
Desde que King habló de su proyecto a los productores, tenía claro que quería mostrar dos partes, dos maneras de reaccionar a unas circunstancias. Su idea era que la audiencia pudiera ponerse en el lugar de ambos personajes. Puedes ser cualquiera de los dos, o alguien en medio, y observar las decisiones que tomaron y cómo impactaron en sus vidas, explicó.
Judas and the Black Messiah es producida por dos importantes figuras en la cinematografía actual: Ryan Coogler, director de éxitos taquilleros como Pantera Negra y Creed, así como Charles D. King, fundador de Macro, compañía centrada en contar las historias de la gente de color. Títulos como Mudbund y Perdona que te moleste son algunos de sus trabajos más recientes.
Ambos productores consideran que es importante que las distintas comunidades creen sus propias narrativas. De ahí que la película de Shaka King los entusiasmara desde el principio. Charles D. King, además, forma parte de un grupo de creativos que son también activistas, fue ahí donde Coogler le habló del proyecto.
Fred Hampton Jr., hijo único del líder de las Panteras Negras, estuvo presente en el set de Judas and the Black Messiah cada día de grabación. A pesar de tratarse de una ficción basada en hechos reales, King quería ser respetuoso. Le preocupaba poder equilibrar bien el entretenimiento y la seriedad del mensaje.
El hijo de Hampton, quien hoy día es activista, aceptó que la película se grabara porque quería transmitir el legado de su padre. Lo describió como un servidor de la gente, un pantera negra de mente y alma, que estaba dispuesto a pagar el precio máximo por la paz.
Con movimientos como Black Lives Matter cada vez más fuerte en el mundo, la cinta de Shaka King busca construir puentes al mismo tiempo que entretener. Creemos que es una historia global, con la cual la gente podrá identificarse, aseguró el productor King.
Judas and the Black Messiah, todavía sin fecha de estreno, será distribuida en el mundo por Warner Bros. Pictures.