Por Flor Bellaqueé
Olvidémonos por un momento del trompetista de jazz, graduado de la infaltable Berklee College of Music. Porque el sujeto está aquí en las antípodas de los códigos tradicionales seguidos por la música contemporánea. Nada de solos (o muy pocos), nada de cuarteto, sonidos big band u otra configuración. Sin que sepamos el sentido ni los posibles temas considerados, el japonés Jun Miyake -afincado desde hace mucho tiempo en París- nos presenta aquí un auténtico álbum comodín, de un alegre eclecticismo asumido. Canciones multilingües, jazz o no, es de hecho la banda sonora de una película sin nombre que escuchamos aquí. No es de extrañar porque el hombre ya es autor de una buena veintena de «partituras» para el cine (muy real esa) y otras tantas composiciones para el teatro.
En este Whispered Garden- «Jardín de los suspiros» (¿o deberíamos traducir «Jardín de los susurros»?) encontramos una canción de Arthur H («Le rêve de l’eau»), bossas («Parece até Carnaval»), folk («Progeny ”), atmósferas orientales (“Seshat” con la voz de Dhafer Youssef) o homenajes a Nino Rota (“Testigo”). Para lograr este objetivo ampliado, Miyake no tuvo más remedio que llamar al equipo de colaboradores que suelen acompañarlo en sus aventuras creativas. Para escuchar este vasto proyecto organizado, se supone que su libreta de direcciones tiene el grosor de un queso doble… Revoltijo citaremos – además de los nombres ya mencionados anteriormente – Lisa Papineau, Dave Liebman, Arto Lindsay, Vincent Ségal,. .. y siguiendo el mismo proceso, destacamos, entre las dieciséis sinfonías en miniatura del disco, la bien llamada “Fluctuations” cuyo tema parece sacado de un cuento de Glass.
Como la banda sonora de una película de Wim Wenders, Wong Kar-wai o Pedro Almodóvar, este «jardín susurrante» no dejará de seducirte cada vez que disfrutes el placer de sumergirte en el.