Definitivamente el espectáculo junto al turismo fue la industria más afectada con la pandemia del COVID-19, justo cuando escribía este artículo Israel anunciaba un anticuerpo que probó ser efectivo y esperamos que en los próximos días o meses sea distribuido a todo el planeta, pero mientras eso sucede, echemos un vistazo a las modas más extravagantes y creativas que se han inventado para que la música siga sonando en tarimas, bares y fiestas.
Barreras en los restaurantes y bares
La propuesta viene de España en donde han inventado unos módulos de acrílico que le permitirán a los comensales sentarse a compartir una cena cuando sin peligro de contagiarse cuando se habla, el separador es transparente y permite el contacto visual, pero se asegura de que no haya interacción entre los sujetos.
Cascos para el distanciamiento social
Varios diseñadores han buscado novedosas propuestas para que la vida social vuelva a ser una opción, como este casco que parece salido de películas de ciencia ficción y que hay que decirlo, está muy bonito y genial.
Trajes espaciales para asistir a fiestas y conciertos
Otra propuesta es este traje tipo espacial que funciona como un aislamiento del exterior desde la cintura para arriba, viene equipado con fundas para el celular e incluso un dispositivo que permite beber los tragos.
Otros modelos son un poco más radicales...
Conciertos en automóvil
Dinamarca y otros países ya hicieron realidad los auto-conciertos, que toman como base el auto-cinemas para su desarrollo, las personas sintonizan el audio en sus estereros y asisten a un recital en vivo.
La nueva moda en videos: !El cuarentenazo!
Millones de artistas en todo el planeta se unieron a la moda de los conciertos con distanciamiento social, tocando cada uno su instrumento en casa y después editándolo con la típica partición de pantalla, esto no es algo nuevo, pero si cobró mucha fuerza durante la pandemia.
Aún deberá pasar un tiempo para que volvamos a la normalidad que conocíamos y regresen los festivales, conferencias y encuentros, pero ha sido una buena oportunidad para conocer nuevos músicos y talentos gracias a su creatividad durante el encierro voluntario por la pandemia.
Las fotografías son propiedad de sus autores, se usan a modo de ilustración con fines periodísticos.